En su momento, La vaquilla fue muy criticada por su equidistancia política. Berlanga quería contribuir, sirviéndose del humor, a cerrar las tantas heridas que había generado la contienda civil española. A pesar de que fue realizada en los años ochenta, la idea de hacer una película sobre la Guerra Civil le rondaba por la cabeza ya desde los cincuenta. En realidad, sin embargo, se podría decir que La vaquilla dice más sobre la Transición política española que sobre aquel enfrentamiento caïnita que acabó desembocando en cuarenta años de dictadura franquista.
Así lo supo ver un crítico coetáneo, José Enrique Monterde, para quien lomás importante del film no tenía tanto que ver con la interpretación que ofrecía sobre «la guerra incivil» como con la relectura que se estaba haciendo de ella en aquellos momentos iniciales de la democracia. La vaquilla, afirmó premonitoriamente Monterde ya en 1986, «sí será una película pertinente para hablar de la España de los años ochenta». Una España muy diferente del actual, en la que el consenso era el valor político más preciado, hasta el punto de que podríamos preguntarnos si una película como esta habría podido rodarse hoy en día, en un momento tan marcado por una polarización política que enfatiza las diferencias ideológicas por encima de los puntos de contacto.
Entrada gratuita, pero aforo muy limitado por la pandemia
La película narra las peripecias que pasan un grupo de combatientes republicanos del frente de Aragón, durante la Guerra Civil española, cuando intentan secuestrar la vaquilla que será protagonista en una corrida de toros con la cual el bando Nacional quiere celebrar la fiesta de la Virgen de Agosto. Con la iniciativa, los republicanos quieren sabotear la fiesta, pero también conseguir una suculenta comida que compense el hambre que pasan.
La vaquilla se estrenó el 28 de febrero de 1985 en Zaragoza (el guion era del mismo Berlanga y de Rafael Azcona). Este fue lo decimocuarto de los diecisiete largometrajes del cineasta valenciano y la película con mayor presupuesto del cine español hasta el año del estreno. El film fue rodado en Sos del Rey Católico, en el noroeste de Aragón, y proponía una reconciliación de ambos bandos ideológicos muy de acuerdo con el espíritu de la Transición