Carlito Brigante tiene un plan para ser feliz. Acaba de salir de la cárcel —librándose de una condena de treinta años— gracias a una artimaña legal de su amigo y abogado David Kleinfeld y lo tiene muy claro: su nuevo proyecto de vida pasa por alejarse de su pasado de traficante de heroína y marcharse lejos de su barrio, donde sin embargo se ha convertido en todo un mito del hampa, reverenciado por los viejos y sobre todo los nuevos delincuentes del lugar, que lo tienen por un héroe al haber cargado con la condena penal sin delatar a nadie. Son, de hecho, sus antiguos amigos los primeros que no quieren que cambie. 

Pero él lo tiene todo planeado: sólo necesita recuperar a su antigua novia y conseguir 75.000 dólares para escapar juntos a Isla Paraíso, en Las Bahamas, donde tiene previsto invertirlos en un negocio completamente legal que ha montado allí un antiguo convicto que conoció en prisión. Y para conseguirlos acepta un trabajo como responsable de un garito que no parece que le vaya a presentar muchas complicaciones. Sin embargo, su pasado como pandillero pesa mucho más de lo que él pensaba, comprometiendo los planes que se ha trazado para empezar de cero una nueva vida lejos de todo y de todos.