Esta maqueta ya estuvo hace 11 años expuesta en el MuVIM, desde marzo de 2003 a mediados de 2004. Ahora, su director, Rafael Company, la ha querido recuperar y, desde el próximo día 12 de julio, los visitantes del museo podrán volver a disfrutar y descubrir cómo era la huerta valenciana y el trazado urbano de una Valencia del siglo XVIII, que apenas llegaba a los 45.000 habitantes.
La maqueta, un trabajo artesanal dirigido por el estudio de Vicente Herráiz y Lucas Gómez (que ha utilizado más de 100.000 horas para la ejecución del proyecto), se ha diseñado a escala 1:500, policromada y con materiales plásticos. Cuenta con 50.000 árboles y 450 manzanas de casas, y todos los edificios están tallados y pintados a mano.
La Unidad de Documentación de la Diputación de Valencia, en aquel momento dirigida por Fernando Muñoz Nebot, aportó en su momento iconografía, cartografía y bibliografía del siglo XVIII, sobre todo, de Marcos Antonio de Orellana y cronistas como Teixidor y Vicente Boix.
El plano original manuscrito del padre Tosca fue acabado de dibujar en 1704 (casi un siglo después del elaborado por Antonio Mancelli en 1608 con trazos más esquemáticos) y actualmente se conserva en el Museo Histórico Municipal. Hacia 1738, cuando Tosca ya había fallecido, salió a la luz la versión grabada y reducida de su plano en la imprenta de Antonio Bordázar de Artazu.
En la maqueta se puede ver una Iglesia de San Agustín irreconocible, porque la derrumbaron y la volvieron a reconstruir totalmente diferente; un Palacio Real que Napoleón destruyó; un San Pio V sin cúpula; la torre del Temple desde la cual Jaume I recibió la liberación de la ciudad o un Palau de la Generalitat con una sola torre porque la segunda se construyó en los años 50 del siglo XX.