Cuando se me planteó intervenir en el Muro del MuVIM con la finalidad de conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, lo primero que pensé fue que se trataba de una gran oportunidad para dar voz a estas mujeres, y que yo necesitaba que alguien, con una visión completa de esta problemática, me ayudara. Por eso, por su trayectoria, cercanía y afinidad con el proyecto, me puse en contacto con la asociación de Valencia ALANNA, asociación que atiende, acompaña, asesora, ayuda y, sobre todo, cree a las víctimas de violencia de género. El proceso para trasladar sus preocupaciones y objetivos a una pintura mural comenzó con la primera llamada; les expliqué en qué consistía este trabajo mural y mi intención de fraguar una idea con ellas. Sin dudarlo, me mostraron su apoyo y entusiasmo para involucrarse. Decidimos que las profesionales del centro hablarían con las mujeres atendidas por la asociación para sacar las ideas principales que querían transmitir. Luego, me reuní con ellas para trabajar el boceto juntos y pensar cómo hacer partícipes a las mujeres de la asociación. En esta reunión, la idea o imagen del muro fluyó mezclando su visión y necesidades con mis elementos gráficos habituales en mi trabajo.

La violencia de género causa un gran daño estructural en la sociedad, ya que sus víctimas forman parte de estructuras familiares que se rompen, y el daño que sufren dificulta sus relaciones sociales y afecta a todo su entorno, sobre todo a los niños que sufren también un daño irreparable durante su educación; además, han de pasar un proceso muy costoso de superación y reconstrucción personal. En definitiva, han de rehacer su vida en todos los sentidos. Para representar la vida, decidimos usar el icono del corazón, un corazón roto, en este caso, en 25 fragmentos para hacer referencia al 25N; 14 fragmentos todavía en el corazón y 11 fragmentos que son recogidos por distintos personajes con distintos roles (11 en referencia al 11 de octubre, Día Internacional de la Niña).

Para esta reconstrucción, las víctimas han de dar el primer paso y ser parte activa de este proceso. Pero después de la agresión por parte de sus parejas, llega la violencia institucional, con gente que no les cree, con interrogatorios que las culpabilizan y con procesos largos que las hacen sentirse encerradas o a oscuras ante los demás. Para representar esa oscuridad en la que se ven envueltas, diseñamos el fondo del mural con un degradado cromático que va del blanco central (la luz), al negro en los laterales (las sombras), tratando de plasmar que el proceso de reconstrucción es como acercarse a la luz saliendo de las sombras.

Nos pareció bien usar mis personajes enmascarados, por ese punto de anonimato que conlleva que usen máscara, y pensamos que las figuras debían representar roles tales como esa mujer en las sombras, pero también sus hijos. Mujeres empoderadas y hombres que también formen parte de este proceso, transmitiendo también, de esta forma que es un proceso coral, dónde estas víctimas han de sentir el apoyo de forma global.

Para terminar el diseño, los fragmentos del corazón serían pintados por víctimas de violencia de género y en cada fragmento estas mujeres escribirían una palabra o actitud frente a esta violencia. En los fragmentos que aún forman el corazón, aparecen los mensajes positivos. En los que han caído y se han de reparar, aparecen los negativos.

*PALABRAS POSITIVAS* (14 palabras)
1. Resiliencia.
2. Empoderamiento.
3. Acompañamiento / Apoyo.
4. Autoestima.
5. Seguridad.
6. Superación.
7. Sororidad.
8. Protegidos.
9. Respeto.
10. Amor.
11. Liberados.
12. Creídos.
13. Volver a empezar.
14. Volver a creer.

*PALABRAS NEGATIVAS* (11 palabras)
1. Victimización secundaria.
2. Violencia institucional.
3. Violencia vicaria.
4. Sufrimiento.
5. Mala madre.
6. Aislamiento.
7. Bloqueo emocional.
8. Miedo.
9. Manipulación.
10. Culpa.
11. Confusión.