Ricardo Cotanda ha sabido integrar elementos diversos que convergen singularmente en este proyecto en el espacio público así como en sus obras fotográficas. Su personal búsqueda de lo esencial (que no otra cosa es abstraer: reducir algo a su mínima esencia o noción) se ha ido definiendo mediante la exploración de territorios en principio tan distintos como distantes: el objeto, el contexto espacial y temporal, la luz…
En la obra de Cotanda llama poderosamente la atención la potencia del diálogo relacional. En su trabajo hay mucho de investigación y de erudición, de invitación a la reflexión y a tirar de los hilos que deja suspendidos para llegar a determinados ovillos estéticos, temáticos, vivenciales… Pero también su obra encierra buenas dosis de enigma, de suspense, de ensoñación… No deja de sorprenderme la capacidad que tiene su trabajo de estar entre varios ámbitos de conocimiento a la vez, entre el espacio cerrado y los lugares abiertos, entre la construcción y el hallazgo, entre lo monumental y lo minúsculo, entre lo institucional y lo alternativo, entre la historia y el futuro, entre la calle de todos y el smartphone de cada quien, entre las obsesiones individuales y los problemas colectivos. En otras palabras, me maravilla el modo en que Cotanda es capaz de nadar entre corrientes de aguas turbulentas sin dejarse arrastrar por ellas y salir a flote tendiendo con sus obras puentes que conectan lo distante, lo distinto, lo diferente.
Este proyecto está concebido para contemplarse durante las 24 horas del día. La dialéctica día noche discurre en paralelo a ese otro juego de inversiones deslizadas con delicada dureza, con dura delicadeza; empezando por el cortante cristal y el espejo, siguiendo por el columpio/cadera roto, el foco cuya luz apenas se percibe durante el día y se refleja en la noche, y terminando con esa alfombra/jardín seguramente voladora (imaginación), pero físicamente inaccesible.
Sin duda, hay algo sorprendente en la capacidad de Cotanda para afrontar proyectos de notable complejidad (nada más complejo que la sencillez) y para resolverlos con impresionante economía de medios y poderosa capacidad relacional.
Juan Bautista Peiró
Universitat Politècnica de València
Ricardo Cotanda (L'Eliana, Valencia, 1963)
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad Politécnica de Valencia en 1987, dos años después comienza a exponer en solitario en la Caixa de pensions valenciana y el Musée Cantonal des Beaux Arts de Sion (Suiza).
Su obra rompe los límites entre escultura y pintura, utilizando materiales como el hierro, la madera, los textiles y los bordados, relacionándole con los presupuesto del Arte povera.
Sus imágenes, siluetas recortadas en los diferentes soportes, son metáforas sencillas, delicadas y poéticas, pero desvelando siempre una tensión y rotundidad, que oscilan entre la aparente calma y la alusión a terrenos peligrosos.
Ha participado en el Aperto´88 de la XLIII edición de la Bienal de Venecia, en ARCO desde finales de los noventa y la feria Art Basel en el 2000. El IVAM y el Museo Marugame Hirai de Japón son dos de las colecciones más importantes que albergan piezas del artista.
Vive y trabaja en Valencia y Cuenca.
Fuente: Masdearte
Proyecto seleccionado en la convocatoria abierta Art al Cub realizada por el MuVIM